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Psicología deportiva. ¿Es tan importante? ¿Determinante en el éxito? ¿Hasta que punto afecta?

  • Foto del escritor: Raúl Díaz
    Raúl Díaz
  • 17 dic 2017
  • 2 Min. de lectura

En un mundo deportivo cada vez mas tecnificado y en el que todo se estudia al milímetro para obtener rendimiento, a veces obviamos la importancia de la preparación psicológica enfocada en la competición. El ambiente y las presiones externas sobre los jugadores cada vez son mayores, afectando de forma determinante al rendimiento del futbolista que como todo ser humano se ve condicionado por las opiniones, expectativas generadas y reacciones del ambiente que le rodea basadas en su acierto o error.


En ocasiones nos encontramos con el falso mito de "con lo que cobran, no hay presión que valga", pero la realidad es que ésta circunstancia puede incluso ser causa directa del mal estado de forma del jugador. Casos como el ataque de ansiedad de Kiko Femenia en su debut con el Hércules demuestran que un jugador bajo un alto grado de presión no sólo no rinde a su máximo nivel, sino que puede sufrir problemas que afecten a su estado de salud.


La psicología deportiva analiza el comportamiento del deportista y crea una serie de mecanismos que ayudan a enfrentarse a la competición y los momentos de estrés. El psicólogo profesional le realiza preguntas al jugador como: ¿Qué puedes hacer? ¿Qué no estás haciendo? ¿Qué quieres hacer? Mediante actividades de visualización, se intenta enseñar al deportista a pensar, predecir un problema y como reaccionar. De este modo, ya "ha vivido" ésta situación anteriormente y actúa bajo una experiencia previa.

Los pensamientos deben de ser positivos y no pensar en lo difícil e imposible. Para ello, los objetivos deben de ser claros y reales. La frustración solo termina en pensamientos negativos que afectan al rendimiento del futbolista. Uno de los métodos para automatizar los pensamientos positivos es la repetición mental de estos mensajes de forma continuada. "Puedo hacerlo" "Todo va por buen camino" "¡Voy a llegar a mi objetivo!".


En el periodo propio de competición el jugador debe centrarse en lo que está haciendo y olvidar los agentes externos. Centrarse en el proceso y no en el resultado genera un estado de aislamiento mental que provoca un "estrés bueno" (Hablaremos de el estrés bueno en próximos artículos) y un mayor rendimiento. La mayores niveles de concentración se dan en casos en los que el deportista se olvida del exterior y se centra en lo que está haciendo de forma completa.


En el siguiente vídeo, extracto de un documental sobre psicología deportiva se explica de forma detallada todos estos aspectos:


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